miércoles, 30 de julio de 2014

Salud y enfermedad....continuación.

En cuanto al par integración-salud y siguiendo el hilo argumental, si pensamos que el incremento de salud está directamente relacionado con el nivel de integración dentro de la compleja malla interpersonal en la que nacemos y vivimos en cada momento, tendremos que pensar cuáles son esas cosas, situaciones y experiencias que tenemos que integrar. La primera aproximación estaría centrada en que son las experiencias, principalmente emocionales, siempre contextualizadas en el espaciotiempo y siempre en relación a un(os) otro(s), las que son objeto de integración o negación, represión, disociación, escisión, etc. Experiencias emocionales contextualizadas. Este es el terreno de la llamada psicobiografía, en cuanto desarrollo y sucesos significativos en la vida de alguien en relación a los otros y al mundo, incluyendo tanto la experiencia de la propia persona como las experiencias de las personas que han formado o forman parte de esa historia, principal y primeramente el núcleo familiar o de convivencia.(Eso sin tomar en cuenta que la experiencia no termina ahí, sino que podemos entrar en la espiral de la experiencia que uno tiene de la experiencia del otro y la experiencia que tiene el otro de esa experiencia que tiene el otro de él mismo, pudiendo repetirse bucles al infinito). Todo este complejo dinamismo de interexperiencias, a veces de difícil articulación y expresión, es el que conforma nuestro campo de estudio e intervención dentro de la Salud Mental. Y ahora llegamos al problema fundamental. ¿Cómo podemos siquiera conocer, profundizar y mucho menos intervenir sobre este complejo campo con los recursos tal y como los tenemos distribuidos actualmente? (tiempos de atención-escucha, mirada medicalizante, presiones institucionales de altas). Y dónde está el engaño cuando hasta parece que estas quejas están en boca de todos, qué es lo que nos llena la boca, o nos aprieta el culo para no cagarnos en esta mierda de sistema en el que estamos metidos, ¿De qué tenemos miedo? ¿A perder nuestro manojo? ¿Acaso a quedarnos solos? ¿Acaso no lo estamos ya? 

...Qué se podría hacer con el ahorro del gasto farmacéutico si se reutilizara en gasto interpersonal, al fin y al cabo en tratamiento para la soledad que se nos come a dentelladas en esta sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Para comentar y compartir... Tejiendo el pensamiento