Cómo es posible el encuentro, cuando La Verdad es como una puta mentirosa y perversa que se presenta con miles de caras y gestos que confunden, pero a la vez seduce contundente a nuestra experiencia. Quién soy yo para decir dónde está la verdad y de quién es. ¿La verdad de quién? A tientas me doy cuenta de un pequeño balbuceo: Cuanto mayor sea la distancia entre nuestras experiencias (la disyunción interexperiencias de Laing) mayor será la distancia que trataré de poner entre nosotros o, más simple y para psiquiatras, cuanto menos te comprenda más medicación querré ponerte.
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