miércoles, 30 de julio de 2014

“Vine aquí para que me dijerais la verdad…y lo que me decís es que estoy enfermo”

Cómo es posible el encuentro, cuando La Verdad es como una puta mentirosa y perversa que se presenta con miles de caras y gestos que confunden, pero a la vez seduce contundente a nuestra experiencia. Quién soy yo para decir dónde está la verdad y de quién es. ¿La verdad de quién? A tientas me doy cuenta de un pequeño balbuceo: Cuanto mayor sea la distancia entre nuestras experiencias (la disyunción interexperiencias de Laing) mayor será la distancia que trataré de poner entre nosotros o, más simple y para psiquiatras, cuanto menos te comprenda más medicación querré ponerte.

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