jueves, 31 de julio de 2014

“Tiene baja tolerancia a la frustración, mucha dificultad para aceptar los límites"

Este es otro de los conceptos que se utiliza muy frecuentemente, generalmente referido a los llamados trastornos de personalidad. Me hace mucha gracia cuando pienso en mi tolerancia a la frustración y en cómo acepto los límites. No me gusta sentirme frustrado, y mucho menos que alguien me frustre. No me tomo nada bien los límites, cuanto menos si no estoy de acuerdo con ellos. Es entonces cuando pienso que lo que existe es una diferente graduación en cuanto a la expresión-exteriorización de la frustración y el malestar que nos provoca sentir los límites, vengan de dóndequiéncómo vengan. No sé si será esta cercanía con los llamados trastornos de personalidad, lo que condiciona la obsesión y la paranoia actual con estos diagnósticos. A veces caemos en la absurda frase: “tiene rasgos de personalidad”. Si consideramos que todos tenemos personalidad, signifique lo que signifique para cada cual este constructo, podría decir que existen tantos trastornos de personalidad como personas. Quien sea libre, que tire la primera piedra.

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